Hay muchas razones que pueden explicar el gusto por la leche espumada en el café: ¿es cool? ¿el espresso solo es muy fuerte? ¿le da un toque dulce sin añadir azúcar? Da igual, añadir espuma de leche sobre un café aromático y sabroso es un gusto que pocos pueden resistir, ya que modifica, eleva y en algunos casos mejora la experiencia al disfrutar un buen café.
El café junto al vino, son las bebidas que nos entregan más experiencias sensoriales al beberlas. Su aroma, color, espesor y por supuesto su sabor, nos pueden decir de dónde provienen, qué grado de tostado tienen, y un sinfín de características que lo hacen un disfrute en si mismo. Pero la perioricidad con la que tomamos el café nos invita a variar sus preparaciones y a consumirlo de distintas maneras dependiendo de la ocasión, hora del día o simplemente de nuestro gusto y ánimo.
El famoso cafè au latte en Francia, el capuccino en Italia, nuestro querido cortado o el café con leche condensada vietnamita nos invita a innovar y a usar la leche para potenciar el café.
Las preparaciones que verás a continuación usan leche espumada, si quieres saber cómo hacerlo revisa este link: técnicas para espumar la leche
Capuccino
El capuccino tradicional es básicamente un tercio de cada componente. Un tercio de espresso, un tercio de leche y un tercio de espuma de leche. Para prepararlo lo primero es filtrar un buen café espresso en el método que más te acomode y verterlo en la taza hasta completar 1/3. Luego añades la leche caliente que ya has espumado apoyándote con una cuchara para que no caiga la espuma, como en la foto a continuación. Una vez hayas completado 2/3 de la taza, completas con la espuma que queda en la jarra. Trata de que la espuma quede compacta, similar a un merengue. Si quedan burbujas grandes, golpea un poco la jarra o el recipiente en el cual estás espumando para que se rompan y queden solo las más finas.
Café au Lait
El café con leche francés. Distinto al café con leche criollo que tomábamos cada mañana antes de partir a la universidad porque básicamente se hace con un buen café, de preferencia un café tostado fuerte en cafetera francesa a razón de 60 grs / litro de agua. Aquí lo que necesitamos es lecha caliente con un toque de espuma: en una olla pequeña calienta la leche moviendo constantemente para evitar la formación de nata. Cuando esté soltando el vapor ya es tiempo de incorporarla a tu taza, ojalá al mismo tiempo que el café para que la mezcla sea homogénea. Una buen tazón de café con leche francés contiene un 50% de café fuerte y un 50% de leche.
Café Latte
La variación italiana del café con leche. Para seguir con la tradición sugerimos preparar el café espresso en una cafetera italiana, también llamadas Bialetti o Mokka. En esta preparación la espuma tampoco es la protagonista pero al momento de calentar la leche podemos permitirnos una mayor cantidad de ésta, por lo que utilizar un espumador de leche eléctrico o uno manual es lo ideal. La proporción de café y leche para obtener un buen latte es 5 partes de leche x 1 de café.